Son Cremat amplía su capacidad de producción

La bodega Son Cremat , propiedad de la familia Fullana María , ha ampliado su capacidad de producción con la instalación de tres nuevos depósitos de inoxidable con camisa refrigerante de 1.500 litros, una inversión que les permitirá llegar hasta los 10.000 litros de vino elaborado.

A principios de año, la bodega ubicada en Maó asumía la gestión de tres nuevas hectáreas de viñedo plantadas en la finca vecina de Can Sagó y ahora acaba de invertir 20.000 euros que le han servido, además de adquirir los nuevos depósitos, para reformar y adecuar el espacio de bodega y adquirir nueva maquinaria como una embotelladora y una taponadora. Entre los planes de mejora, además, también tienen prevista a medio plazo la apertura de una sala de botas que se ubicaría en una antigua cisterna en desuso que existe bajo la misma bodega y que les permitiría contar con una pequeña cava enterrada de 10 m2.

“Con esta incorporación tendremos once depósitos. Estamos hablando de un crecimiento sostenido que nos permite dimensionar las instalaciones de la bodega en las oportunidades que nos ofrece el viñedo para poder encarar el futuro con más tranquilidad”, explica Joan Fullana, propietario de Son Cremat. Recientemente, han recibido la autorización para poner en marcha una hectárea más de las cinco que tiene en su finca y que se sumamos a las casi dos activas y las tres que gestionan en Can Sagó desde principios de enero.

Pocos días antes de empezar la vendimia este próximo fin de semana con el muscado, que este año vuelve a adelantarse unos días debido a las altas temperaturas registradas este verano, como está ocurriendo en los últimos diez años según constata Joan Fullana, la previsión es poder embotellar dos nuevos vinos tintos, en este caso, un monovarietal de syrah y otro macabeo.

«Hasta ahora sólo nos habíamos dedicado a hacer blancos o rosados ​​y estamos animados con el syrah y el macabeo, que nos ofrecen la oportunidad de pensar en nuevos vinos y ampliar nuestra producción «, explica el propietario de la bodega de Son Cremat. Sin embargo, de momento quieren ser prudentes porque si la calidad no está a la altura de lo que ellos desean, no lo comercializarán, ya que intervienen muchos factores.

Uno de ellos ha sido el problema de la uva con los hongos, ya que la producción se ha visto afectada por el oidio y como en Son Cremat trabajan en ecológico a pesar de no estar certificados como tales, han tenido que sacrificar un 10% de la producción. El otro combate que mantienen es contra los pájaros que toman los granos de uva y que les obliga a proteger las cepas con unas redes que eviten el pillaje. “Cuando la uva está más madura es cuando más vienen los pájaros a comernos la uva, y por eso estamos tapándola con las redes” comenta Joan Fullana.

El año pasado la bodega elaboró ​​y comercializó dos mil botellas de muscato, dos mil de chardonnay y un milenar de un coupage rosado con monastrell y merlot y con los nuevos vinos, podrían situarse alrededor de las ocho mil botellas aproximadamente . Lo que queda claro es que Son Cremat se ha hecho un buen lugar entre los consumidores , ya que todo apunta a que en pocos días, agotarán las pocas existencias que les quedan de 2022.